Junqueras dejará la presidencia y Rovira no seguirá como secretaria general de ERC

Xavier Gual BARCELONA / E. LA VOZ

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El presidente de ERC, Oriol Junqueras, a su llegada a la reunión extraordinaria de la ejecutiva del partido este miércoles
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, a su llegada a la reunión extraordinaria de la ejecutiva del partido este miércoles

La crisis interna de los republicanos complica el arranque de las negociaciones de Salvador Illa

16 may 2024 . Actualizado a las 00:28 h.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, y la secretaria general del partido, Marta Rovira, anunciaron anoche su intención de dar un paso atrás. La ejecutiva de ERC se reunió ayer durante cuatro horas y media, con motivo del proceso de reflexión abierto tras la debacle electoral del pasado domingo, en la que los republicanos perdieron 13 diputados, pasando de 33 a 20, y el liderazgo entre las formaciones independentistas en favor de Junts. Al término de la reunión Oriol Junqueras anunció que dejará la presidencia de Esquerra después de las elecciones europeas del 9 de junio. El partido celebrará un congreso extraordinario el próximo 30 de noviembre para replantear tanto la estrategia a seguir en la nueva etapa abierta en Cataluña como los liderazgos para llevarla a término. En principio, la voluntad de Junqueras es presentarse ante la militancia para renovar su confianza.

El segundo anuncio lo difundió Marta Rovira (huida a Suiza para eludir al Tribunal Supremo, que la encausó por el referendo ilegal del 2017) en una carta a la militancia, publicada en su perfil en X, en la que solemniza su próximo adiós: «Como militante de base, y por coherencia, he comunicado a los compañeros y compañeras de la dirección nacional que no me presentaré de secretaria general en el próximo congreso nacional», escribió.

Al final, se ha impuesto el planteamiento de la secretaria general, Marta Rovira, partidaria de una transición discreta en la que la actual cúpula del partido ceda el paso. Mientras el presidente de ERC revelaba este martes en una carta a la militancia que se veía «con corazón y fuerza para seguir», desde Ginebra Rovira ha acabado imponiendo sus tesis.

Hasta hace año y medio, la relación entre Junqueras y Rovira era cordial, casi fraternal. Ambos llegaron a Esquerra de la mano en 2011 con la misión de rehacer el partido tras otro batacazo electoral de órdago (entonces pasaron de 21 a 10 escaños), el que a la postre supuso el fin del tripartito de izquierdas de José Montilla. Como estaba previsto, la debacle del 12 de mayo, de proporciones similares, ha abierto la caja de Pandora en la centenaria formación, que vuelve a encontrarse ante el fantasma de una crisis interna como la protagonizada por Joan Puigcercós y Josep-Lluís Carod-Rovira en aquellos tiempos no tan lejanos.

Con ERC en el poder, la relación entre el presidente y la secretaria general, su sucesora natural antes de que llegara el procés, se fue enfriando. Ambos discrepan en lo fundamental: el primero está por la labor de seguir liderando la nueva etapa del posprocés; la segunda es partidaria de una renovación total de personas y estrategias, de manera ordenada, eso sí, pero con liderazgos nuevos. Aragonès está con ella. La misma noche electoral pidió asumir responsabilidades «individuales y colectivas». Las individuales las tomó al día siguiente con su renuncia, mostrando el camino a seguir al líder, que se lo miraba parapetado tras las cámaras.

Pero, ¿hay alternativas al liderazgo de Oriol Junqueras? Aunque el suyo es un liderazgo en revisión, a día de hoy no, lo que no quiere decir que no puedan aparecer en el cónclave de noviembre. Una parte de la militancia, la más genuinamente independentista, muy crítica con la actitud conciliadora de los últimos años, se siente traicionada por la dirigencia.

Al presidente indultado se le reprocha una supuesta actitud servil hacia el Gobierno de Pedro Sánchez. Y no les basta con el adéu de Aragonès. Este miércoles, el que fuera portavoz en el Congreso, Joan Tardà, daba su apoyo explícito al presidente, al que considera un «gran capital de Esquerra» y que «se ha ganado el derecho de que las bases lo avalen nuevamente». 

«Evitar cortarnos las venas»

En cualquier caso, la crisis en ERC es un obstáculo añadido a las ya de por sí complicadas negociaciones para la investidura del próximo presidente de la Generalitat. El propio Tardà se mostró partidario de facilitar el camino al socialista Salvador Illa, y no a Puigdemont, mediante una «oposición colaborativa», para evitar «cortarnos las venas» con una repetición electoral. No opina igual el consejero de Interior de la Generalitat en funciones, Joan Ignasi Elena, exdirigente del PSC, para quien los republicanos no están «ahora» en la tesitura de investir a Illa. Según Elena, son los socialistas los que tienen que «iniciar las conversaciones» y ver «cómo se sale de esta situación».